Reflexionar sobre las ventajas de una detección temprana de una situación de insolvencia resulta necesario en épocas de tan continuos y acelerados cambios, y ello al objeto de evitar males mayores.
Resulta fundamental para la adecuada toma de decisiones, y para evitar perjuicios mayores (declaración de concurso, insolvencia punible, afectación del patrimonio personal, …) que se tome conciencia de la situación económico financiera por parte de los administradores de la sociedad, y se proceda a la corrección de las situaciones transitorias de insolvencia.
Siempre se deberá tener presente que sólo las actividades viables pueden tener continuidad, y por ello, si el negocio (unidad productiva o empresa) no fuera viable, y aunque ello lleve dolorosas consecuencias, la opción más razonable siempre será la liquidación o venta de la misma.
Resulta muy recomendable que a nivel contable la empresa recurra a ratios de solvencia, y que se compruebe si el negocio está dando ciertas señales de alarma: disminución de ingresos recurrentes, previsión de cambios regulatorios del sector, abandono de directivos y trabajadores, disminución de activos, el incumplimiento reiterado de obligaciones (cuotas sociales, salarios, deudas tributarias, …).
También se deben detectar que no se realicen prácticas contables indeseadas: existencias inexistentes, mala gestión de stock, deterioro de la cartera de clientes, operaciones vinculadas mal valoradas, …